Que bien que besa Nietzsche

Nietzsche se dejo el bigote
para peinar el beso,
para hacerle cosquillas
como cepillo,
para hacerle vientito
y matener el equilibrio
entre el calor y la dulzura,
para rascarlo
si le pica alguna idea.

Nietzsche se dejo el bigote un monton.
Que bien que besa Nietzsche.

Martin Pucheta

(tomado del diario de Leonor Silvestri)

La noche tragó mis dientes,
mi canción, la que grita el silencio.
Y aquí estoy juntando los restos
de un cristal que corta
las venas de mi tiempo.

Deseo

Las manos comenzaron el baile.
Sin fiebre, reposado baile.
Deslizaron los sentidos hacia dentro,
buscando el tiempo,
el verdadero, el que no pasa.
Desee
y luego hice lo que pude.
Solamente pedir permiso
por mi adicción a la piel.

Plaza Constitución

¿Cuál es el viaje de estos pajaros errantes
en este asfalto?
Mientras los ojos cierran las mentes
y abren los olvidos,
nosotros, en esta comodidad
nos reacomodamos
en el sopor de nuestra vida.

Ella, canibal

Mujer no busques
mas olores en mis entrañas.
Basta con que sientas
como el tiempo disfrazó de rojo el día.
Y como mis sesos
tienen sabor a frito.

Invocaciones: Paul Celan dixit

Hablo del poema que no existe. El poema absoluto no existe. Pero existe con cada poema verdadero, existe con el poema menos exigente, esa cuestión insoslayable, esta pretensión inaudita. ¿Y qué serían las imágenes? Lo que se ha percibido y lo que se ha de percibir solo una vez, siempre una uvez y sólo ahora y sólo aquí. El poema sería así el lugar donde todos los tropos y metáforas nos invitan a reducirles al absurdo.

Una pared,
metáfora barata de tu silencio
me permitió escribir en la superficie
una plegaria a tu olvido.

Sobre la tabla
pedazos sueltos de algo en el tiempo.
Picada especial
para comer sin detenerse en culpas.
Yo me dejo ir en paladares ajenos.

Declaracion de principios

La poesía está en todos lados, incluso en éste.