Las manos comenzaron el baile. Sin fiebre, reposado baile. Deslizaron los sentidos hacia dentro, buscando el tiempo, el verdadero, el que no pasa. Desee y luego hice lo que pude. Solamente pedir permiso por mi adicción a la piel.
¿Cuál es el viaje de estos pajaros errantes en este asfalto? Mientras los ojos cierran las mentes y abren los olvidos, nosotros, en esta comodidad nos reacomodamos en el sopor de nuestra vida.